Capítulo 8: Los aprendizajes de la profesora Maritza

Serie: ¡Maestros que aprenden, maestros que transforman!

Por: Valeria Duarte


Sor Martiza es religiosa de la congregación “Hermanas de Santa Ana”. Nació en Chincha pero lleva a Cajamarca en el corazón. Desde hace 25 años, se dedica a la educación de niñas, niños y jóvenes de bajos recursos económicos, desempeñándose como profesora de religión. Sin embargo, en el 2021 se enfrentó a un gran desafío: “desde principios de marzo, soy la coordinadora del área de religión de toda la zona de San Marcos, Huari. Ser maestra es un reto, hay que saber cómo llegar a cada alumno para poder conseguir el logro de competencias. Pero la coordinación es un doble reto: tienes que ejercer un liderazgo así como cuando eres docente, pero los docentes no son tan dúctiles como los alumnos.”

Para Maritza, esta nueva experiencia está siendo muy hermosa, provechosa y sobre todo retadora. En este viaje, Vanessa, su coordinadora y acompañante del Programa ¡Qué Maestro!, está siendo una gran aliada. “Antes de iniciar el trabajo, con Vanessa realizamos un diagnóstico para conocer las exigencias y expectativas que tenían los profesores. Nos dimos cuenta que no conocían bien las competencias del área, por lo que se les hacía difícil reforzarlas con sus estudiantes.”

Desde ese momento, Maritza descubrió un nuevo camino para lograr alcanzar las metas: “Así como no todos nuestros estudiantes logran las competencias al mismo tiempo, en coordinación me he dado cuenta que los profesores son entusiastas, pero no todos lo logran. Por eso tengo que ser competente en el liderazgo, en ser empática e ir respetando sus ritmos, así como también lo hacemos con los estudiantes.”

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Para poder acompañar el desarrollo de sus docentes, Maritza formó un grupo de interaprendizaje con docentes de primaria y secundaria del área de religión, quienes a través de sesiones virtuales cada 15 días, conocen juntos las demandas del aprendizaje orientado al desarrollo de competencias. “Ahora somos una familia donde también está Vanessa. La idea es que cada uno aprenda del otro y no solo les enseñemos a conocer, sino a aplicar lo aprendido.”

El camino para Maritza y Vanessa no ha sido fácil porque han tenido que romper esquemas junto a sus maestros y ahora el reto es volverlos autónomos. “Quiero que los maestros logren desarrollar nuevas competencias, que les puedan servir en su interacción con sus estudiantes. Ya han realizado algunas sesiones y lo han hecho muy bien. Gracias a eso hemos podido identificar algunas debilidades para poder trabajarlas”.

“Para todos los lectores de esta historia, les diría que no tengan miedo de vivir una experiencia nueva. Les diría que ser competentes es un camino y lo vemos en el proceso de enseñanza, desde los más pequeñitos. No hay que tener miedo de emprender cosas nuevas, de ser perseverantes en aquello que no conoces. Siempre buscar ayuda de los que sí saben. Hay que ser humildes y seguir adelante con entusiasmo, no dejarse desmoralizar por situaciones, ya que logrando competencias y desarrollándolas podremos cambiar el mundo y nuestra historia.”

Gracias al liderazgo colectivo de la maestra Maritza, junto a su coordinadora Vanessa y el trabajo colaborativo con Antamina, Franco Nevada, Wheaton Precious Metal, Toronja y UGEL Huari, las y los docentes de San Marcos encuentran nuevas oportunidades que impulsan su crecimiento personal y profesional.