#VxE - Capítulo 1: El amor de madre comienza en una misma

#VocesPorLaEducación Blog

Por: Mario Tumba


Cuando Maryori Colonia eligió ser mamá y maestra nunca pensó que el acto más revolucionario en torno a su maternidad sería amarse a sí misma.

Maryori tiene 26 años y se desempeña como docente en  la escuela  N° 86404 del distrito de Chavín de Huantar en el departamento de Áncash como parte del Programa de Liderazgo de Enseña Perú. 

Foto: Alrededores del colegio n°86404 de la comunidad de Huarimayo.

La institución educativa, donde es profesora desde el año 2021, pertenece a la comunidad de Huarimayo, un pequeño pueblo que tiene un aproximado de 70 viviendas en medio del campo. Desde el año pasado, asumió el rol de enseñar a niñas y niños de nivel primario; y desde este año, después del reto de la educación remota, lo hace de manera presencial y acompañada de su hija Raisa de tres años.

Desde su etapa escolar, Maryori fue muy crítica con el sistema educativo. Amigos, los cuales ella apreciaba, no podían acceder a la misma educación que ella gozaba.  “No estaba conforme con el sistema educativo estatal. Quería que más personas accedieran a una educación de calidad y por eso me esfuerzo por ser una buena docente”, dijo Maryori de manera enérgica. Ya de joven concluyó la carrera de Comunicación Social en la Universidad Nacional de Santa, la cual le permitió ingresar al Programa de Liderazgo de Enseña Perú, sumándose como una agente de cambio por la educación que tanto anhelaba. 

En el año 2018 dos de sus deseos se verían aparentemente enfrentados. El deseo de ser madre y el de ejercer profesionalmente como maestra: dos ideas que usualmente pensamos pueden ser incompatibles. “Me dijeron que no podría atender a mi hija en todo lo que ella necesitaba y que descuidaría mi trabajo. Que tenía que entregarme totalmente al cuidado de mi hija”. Maryori se preguntaba: ¿por qué la maternidad tenía que representar un sacrificio a su identidad si ella misma lo deseaba?

En la actualidad, la afirmación de la maternidad como sacrificio desde una percepción glorificada es un discurso sumamente difundido. Se espera que una mujer sacrifique su tiempo, ambiciones y sentido de identidad por la crianza de los hijos. El Ministerio de Salud del Perú, a través de su campaña Gestando Amor que busca concientizar a las madres sobre una maternidad saludable, considera un mito la maternidad sacrificada y recomienda que las madres cuiden de sí mismas para poder cuidar de sus hijos.

Maryori tenía claro el tipo de maternidad que deseaba. No concebía que debía abandonarse a sí misma por su hija. Todo lo contrario, debía seguir con sus metas. Siendo consciente, claro, de todos los retos que implica la maternidad. Pero quería disfrutar su maternidad, no sentirla como un castigo.  Quería amar a su hija sin dejar de amarse a sí misma.

“Lo hago por mí, porque quiero un futuro bueno para mí y para mi hija. Sus logros y metas no son para mí, me hacen feliz, pero sus metas y logros son para ella. Las mamás deben buscar una maternidad más feliz, trabajar en una maternidad más independiente. El niño también puede serte un apoyo si es que se le enseña: así formamos un adulto funcional.”

Hoy menciona que lo ha logrado y que el camino no ha sido fácil, pero lo ha logrado. Una maternidad que ella llama “más independiente”. La pequeña Raisa, que siempre desea ponerse un vestido a pesar del frío, tiene tareas en su casa y apoya a su madre a su corta edad. Ordena sus zapatos, entre ellos, unas botas similares a las que el Gato con Botas siempre lleva puestas. Separa ropa sucia y ropa limpia. Interviene en la preparación de la comida y también la prueba “A ver, mami, a ver, mami, yo también quiero probar ¡Sí, está rico! ¡Me gusta!” dice Raisa con sonrisa de oreja a oreja. 

Maryori ha trabajado bastante en la independencia de su hija. Se ha dado el tiempo de supervisarla y cuidarla en la realización de las distintas tareas que su hija realiza sola. Esto ha generado que Raisa genere confianza en sí misma y hoy realice tareas con total independencia y seguridad, pero no olvidemos que es una niña e igual requiere la atención y cuidados de todo infante.  Según la psicóloga peruana Suzette Noriega del consultorio SEM, “Con frecuencia intervenimos en el proceso de aprendizaje de nuestros hijos al realizar nosotros las tareas que ellos podrían realizar […] Recordar que debemos brindar tiempo para aprender, porque los errores son necesarios; es decir, nuestra función principal será animarlos y velar por su cuidado, y así desarrollar de forma eficiente la autonomía e independencia.”

 

A Maryori le agrada haber rechazado la idea de solo dedicarse a su hija y ahora abraza la de trabajar en equipo con Raisa por el futuro de ambas. Liderando este equipo, Maryori vio fundamental trabajar en la organización de ambas, aspecto que representó todo un reto para ella y para su hija. Cumplir disciplinadamente con sus tareas y organizar bien su tiempo para poder realizar sus actividades como profesional y como madre. Hoy Maryori puede ejercer una maternidad plena y seguir buscando ser la maestra que le gustaría que tuviera su hija.