Capítulo 4: Pablo, un profesor con alma de artista

Serie: ¡Maestros que aprenden, maestros que transforman!

Por: Valeria Duarte


Todos hemos tenido un profesor que marcó nuestras vidas en el colegio, que aunque pasen los años, seguimos recordando su nombre y la dedicación que le ponía a sus clases. Para los estudiantes del 1ro de secundaria de la I.E Carlos Alberto Olivares de Chepén, ese profesor es el maestro Pablo, un docente de comunicación con alma de artista.

A Pablo siempre le ha encantado la música, pero aprendió a tocar guitarra recién cuando se convirtió en profesor. Él visualizó en este arte, una estrategia para poder motivar su trabajo en el aula e incentivar la atención de sus alumnos hacia la literatura. “Un día me pregunté: ¿Por qué no acompaño con melodía al recitar poesía? Ahí empecé, y poco a poco aprendí algo de música con la intención de poder declamar durante clase”.

Su aventura aprendiendo guitarra, lo llevó, en el 2004, a enseñar unas cuantas horas este taller a un grupo de estudiantes. Junto a ellos, inició un pequeño grupo musical, donde el tema favorito a tocar era “40 grados” del grupo Magneto, una melodía que le serviría de inspiración 17 años después.

Cuando empezó la pandemia, el profesor Pablo recién estaba aprendiendo a incorporar las nuevas herramientas tecnológicas a su proceso de enseñanza. A pesar de la incertidumbre, puso todo su esfuerzo en elaborar una presentación para conocer a sus alumnos. “Les comenté de libros de literatura para hacerles entender el vínculo, pero como aún no conocía mucho la virtualidad, fue con palabras sencillas. Por eso, el mensaje no fue tan profundo y no tuvo el impacto que yo quería.” A partir de esa experiencia, estuvo en búsqueda de nuevas ideas para motivar a sus alumnos.

A inicios de este año, se enteró que iba a asumir el reto de acompañar a estudiantes que iniciaban la etapa secundaria, por lo que su búsqueda por encontrar la bienvenida perfecta, se incrementó.

 

“Siempre que me toca un grupo nuevo quiero darles una sorpresa. Me gusta hacerlos sentir acogidos, que sientan que sin conocerlos, ya me interesan como personas”. 

La idea de componer una canción empezó a surgir. Sin embargo, no fue hasta el inicio de su participación en el programa para docentes y directores ¡Qué Maestro!, que encontró la inspiración que le hacía falta. “Me impactó el lema del programa Qué Maestro. En la primera clase, la persona que dirigió, nos hizo elaborar un avión de papel y en ese avión incluir nuestros ideales y luego lanzarlo. La sesión se llamó “Volemos juntos”, fue muy interesante la apertura del programa y pensé: voy a hacer algo parecido.”

Pablo se basó en ese concepto, para componer una canción que tuvo como objetivo el hacerles entender a sus estudiantes que a pesar de las circunstancias, estamos llenos de ideales y sueños. Para componerla, se basó en la melodía de “40 grados” y durante varios días se encargó de escribirla pensando en darle un mensaje a cada estrofa. “La canción habla de la época difícil que estamos viviendo, y en la última parte traté de dar esperanza y aliento a pesar de las adversidades”. Inclusive, Pablo utilizó sus conocimientos adquiridos en edición de videos, y se lanzó a diseñar el video musical.

Después de mucha preparación, llegó el día de enviarles el video a sus estudiantes. “Cuando lo vieron se sorprendieron, estuvieron contentísimos y algo que me dijeron que me gustó fue: ¡Profesor usted es un as! Te llena de alegría ese tipo de respuestas.” 

Hoy, el profesor Pablo se ha trazado el reto de escribir una canción para iniciar cada experiencia de aprendizaje. A pesar de que sea una meta que sabe que le demandará bastante tiempo y dedicación, él tiene clara su motivación: “Siempre he querido saludar a mis estudiantes con todo lo que hago, darles una voz y hacerles sentir que son valorados. Uno como docente siempre va a apreciar a sus estudiantes y toda esa carga de mensajes quiero llevarla a mis canciones.”

Historias como las del profesor Pablo son posibles gracias a su motivación y al trabajo colaborativo con más actores que creen en el poder de la educación. Así, junto con Agrícola Cerro Prieto y UGEL Chepén, más estudiantes pueden desarrollar nuevas habilidades y confiar en su potencial acompañados de más docentes como Pablo.